miércoles, 30 de marzo de 2016

Microcuento de la pequeña jacobina

Tenemos un pasado muy imperfecto, que patéticamente se ha pronunciado en pretérito absoluto pero escuchado con lengua perifrástica.

Y del presente, qué decir de los verbos presentes. Nada tienen que ver con los futuros que se soñaron o que simplemente se prefirió cubrirlos de rojo.

Mi niña roja, de nombre francés y apellido revolucionario. La vida es así, cada día se pinta más de color de rosa, y ya sabes que el rojo y el rosa nunca casaron bien.

Por muchas conjunciones que trates de crear, el tiempo, la vida, las personas, el rosa, se encargarán de bombardearlas con el armamento del futuro, que nada quiere atar ni ligar.

Mi niña roja, mientras lees esto es posible que nadie sufra de Stendhal, que todo se haya teñido de rojo, que la vida sea más rosa que nunca.

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