lunes, 11 de abril de 2016

La Educación en 2080


-¡Buenos días chicos y chicas! ¿Estáis preparados para realizar la actividad de hoy? –dijo la profesora a sus alumnos-  Si bien recordáis, la semana pasada os comenté que en la clase de hoy íbamos a utilizar las nuevas supergafas 30.0. Los alumnos estaban ansiosos por ver cómo eran y empezar a utilizarlas cuanto antes. Tomaron asiento y comenzaron a encender las pantallas que estaban incorporadas en las mesas inteligentes de cada alumno. En las pantallas tenían incorporadas las aplicaciones AVE 35.0 (las siglas AVE significaban Aprendizaje Virtual Efectivo). En estas aplicaciones estaban todos los conocimientos y actividades que se impartían a lo largo del año en el colegio. Los profesores podían modificar los conocimientos pensando lo que querían rectificar y automáticamente se cambiaba.

-¡Escuchad con atención!-exclamó la profesora. Pinchad sobre la aplicación supergafas 30.0. Los alumnos estaban emocionados y muy atentos a lo que la profesora les decía. Cuando pincharon sobre la aplicación vieron que rápidamente unas gafas, voladoras y de varios colores, se colocaban sobre cada una de sus caras. Los alumnos, asombrados, se quedaron con la boca abierta y parecían que sus ojos se salían de las cuencas.

La profesora comenzó a explicarles cómo funcionaban. -¡Chicos, las supergafas son muy fáciles de utilizar!- exclamó la profesora. Para encenderlas tenéis que pestañear con el ojo derecho, y para apagarlas se pestañea con el ojo izquierdo.  Este comentario le hizo mucha gracia a los alumnos y comenzaron a reír.- Bueno chicos, vamos a continuar que ahora viene lo más emocionante- dijo la profesora. Los alumnos permanecieron quietos y todos estaban expectantes por saber qué era lo que iba a ocurrir. –¿Queréis saber cómo funcionan?-preguntó la profesora a sus alumnos- Rápidamente los alumnos contestaron: Síiiiiiiii. 
 
Todos tenían colocadas las supergafas, incluso la profesora. En la pared se proyectaban las actividades, que únicamente se veían si tenías puestas las gafas. –Como ya hemos visto el tema de LLV.79. (Lengua y Literatura 79), vamos a realizar las siguientes actividades, pero para poder realizarlas solamente tenéis que pensar la respuesta y una vez que la hayáis pensado pestañear con los dos ojos y vuestra respuesta se guardará en las supergafas.-dijo la profesora.
Los alumnos estaban ansiosos por comenzar a contestar las preguntas. Como era de esperar, todos obtuvieron muy buenos resultados y aprendieron rápidamente a manejar este artilugio tan novedoso para ellos. La profesora sorprendía cada semana a sus alumnos con algo nuevo y ellos estaban cada vez más motivados e iban al colegio con muchas ganas de aprender.

viernes, 8 de abril de 2016

Educación 14.0

14 de septiembre de 2124.

No hay futuro sin un pasado que lo preceda, ni pasado sin un futuro que lo recuerde. Nada surge de la nada sin que nadie, ni nada, haya dejado caer su trascendental grano de arena en este orondo y viejo reloj. Así, solamente a veces, y sin darnos apenas cuenta, viajamos de recuerdo en recuerdo, fardando de lo que hoy en día disponemos y, al mismo tiempo, anhelando esos granos de arena que van quedando en el fondo del arcaico reloj.

Pero, no lo llego a entender; mi precisión no alcanza la total comprensión de lo que está sucediendo, ¿por qué ahora? ¿Por qué me vienen a la mente estos destellos? Recuerdo que, durante mi niñez –aunque tal vez algo sobrepasada–, un sentimiento de incertidumbre vigilaba constantemente mi curiosidad, provocando, más por impaciencia que por verdadero placer, unas continuas y frustradas explicaciones que, a pesar de los enormes sacrificios de mi padre, nunca llegaron a calar en el fondo de mi hueco cerebro. ¿Qué era ese extraño cachivache? Como por arte de magia, al entrar al despacho de papá, mi mirada siempre quedaba fijada en el segundo estante del carcomido mueble marrón, herencia del abuelo. Ahí estaba, dentro de un estuche, algo inclinado para facilitar su visión. Si no recuerdo mal, en una de aquellas intensas y fracasadas explicaciones, pude descifrar que ese extraño objeto cambió la vida de mi abuelo y, seguramente, es la causa de que hoy, en estos momentos, sea capaz de escribir este diario con ciertos aires de nostalgia. Es curioso, ¿por qué ahora?

Así es, ahora, casi un siglo después, este lápiz –o así creo que se llamaba la extraña herramienta del abuelo– vuelve a deshacer su afilada punta en la rugosa textura del papel. Ahora, ahora que los más afanados coleccionistas suplicarían de rodillas por hacerse con un artilugio tan sencillo, y al mismo tiempo tan obsoleto. Es ahora cuando he empezado a recordar aquellas explicaciones de papá; ahora que el ‘teclado’ mental ha sustituido al incómodo y antiguo teclado de ordenador, el cual también sustituyó, en su momento, a este bonito lápiz. Sin duda, ahora, puedo ratificar que nada surge del mero azar y, si hoy apreciamos nuestro presente, se lo debemos a todos aquellos que han luchado –muchos de ellos con un simple lápiz– por todo lo que hoy en día nos rodea. En fin, basta ya de reflexiones. Hoy he decidido escribir este diario a lápiz. Por suerte, compré hace unos días la última versión de las lentillas CopyandPaste. Espero que detecten mi desentrenada caligrafía y mi organizador automático pueda enviar la transcripción digital de estas páginas a mi diario electrónico.

Resulta bastante obvio el sentimiento de reflexión que hoy inunda mi mente. Posiblemente, sea consecuencia de la incompetencia que desde hace unos meses siento en mi puesto de trabajo. ¿Quién diablos programa los drones de inspección? Acabo de desconectar el aula virtual y no paro de darle vueltas a la cabeza. ¿En serio creen que voy a utilizar el docente 8.0, el robot didáctico, en alguna de mis asignaturas? Sinceramente, lo pondré en práctica, tal vez, en Conocimiento del Medio Digital. Puede resultar de gran ayuda para poder aprovechar al máximo los escasos 30 minutos de clase. Pero, aún así, lo veo algo excesivo y un gasto innecesario. Además, todavía estamos probando los últimos modelos del pupitre electrónico. Por cierto, retomando mis aires nostálgicos, creo recordar que las clases de mi abuelo tenían una duración de 50 minutos. Quizás, si fuera así, no tendría estos dilemas…

–Esto es todo estudiantes, aquí tenemos un pequeño fragmento de una de las críticas más discutidas del siglo XXII– afirmó con su característico entusiasmo digital el docente 14.0 – ¿Quién quiere aportar su reflexión sobre este escrito?

–Profesor, desde mi punto de vista… ¡Esperen, que alguien está llamando a la puerta de casa!– exclamó Hugo mientras se levantaba de su sillón y se alejaba rápidamente de su escritorio. –Ya estoy aquí. Sinceramente, desde mi punto de vista, por mucho o poco que nos guste algo, nada permanece en el tiempo con la misma fuerza con la que lo hizo al principio. Como bien escribió el maestro y autor de este viejo escrito, la historia de nuestra existencia es como un gran reloj de arena; un reloj que deja caer, poco a poco, y algunas veces con más cautela que otras, cada uno de los pequeños granos que lo componen, enterrando, al mismo tiempo, a todos aquellos que van quedando atrás–comentó Hugo con cierto desahogo.

–Sin duda Hugo– afirmó el docente 14.0. –No obstante, nunca debemos olvidar ese pasado, de dónde venimos y cómo hemos llegado hasta aquí. Pero, ante todo, tampoco debemos renegar lo que la sociedad actual nos aporta. Un buen maestro debe adaptarse al contexto del estudiante y hacer todo lo posible para actualizar su metodología y su forma de afrontar el día a día. Así, y solo así, un docente podrá aprender de sus antiguos errores y atreverse en el descubrimiento de nuevas técnicas de trabajo– recalcó firmemente el docente 14.0. –Espero que lo que hayáis aprendido hoy lo grabéis bien en vuestro disco duro y os sirva como futuros docentes que sois. Y recordad, si tenéis alguna duda, no dudéis en usar el holograma de vuestro tutorial watch; os responderé al instante, con la mayor precisión y brevedad.


Apagando aula digital en 3, 2, 1…

jueves, 7 de abril de 2016

Yo quiero ir al cole

- Cariño, tienes 39 de fiebre. Hoy tu cuerpo necesita descansar.
-  Pero mamá, aquí me voy a aburrir como una ostra! - dijo ella enfadada y triste.
- Lo siento hija. Mañana, si estás mejor, ya irás al cole, pero hoy no puede ser.

- Pero... y tantas ganas de ir al colegio, ¿a qué se deben? - pensó su madre algo desconcertada.

Mientras tanto, en clase de Naturales, todos aquellos niños disfrutaban experimentando con el medio. Unos venian de realizar una entrevista grupal a los compañeros de quinto curso sobre el consumo diario que hacen del agua. Las preguntas fueron expresadas en inglés, obviamente, ya que los alumnos de quinto se encontraban totalmente inmersos en su "daily English moment" en el aula, lo cual no supuso ningún problema ni para los entrevistadores ni para los entrevistados. Cuando éstos volvieron, la profesora les ofreció unas breves indicaciones y los seis alumnos cogieron sus portátiles para volcar los datos obtenidos y crear una gráfica representativa de los resultados. Otros dos alumnos parecían concentradísimos buscando yacimientos naturales de agua por Internet para incluir imágenes a su mural, que sería expuesto por sus otros dos compañeros, los cuales preparaban su discurso oral en un rincón de la misma aula, para el próximo día 22 de marzo "Día Mundial del Agua". El tutor, mientras tanto, ayudaba al grupo que estaba montando "el rincón del reciclado". Cinco minutos antes de que sonara el timbre, el tutor hizo un llamamiento colectivo y rápidamente se formó un gran grupo en el centro del aula. Cada grupo comentó brevemente la tarea que había desempeñado durante la clase, resaltando aquello que más le había gustado y si había aprendido algo nuevo. Cada alumno sabía lo que tenía que hacer. Nadie parecía desorientado, ni mucho menos desmotivado.

Donde viven los sueños

Era una fría mañana de invierno, cuando me disponía a ir al colegio. Como cada mañana, mi padre me esperaba en el pórtico de aquella maravillosa casa a la que llamaba hogar. Pasaban los días y cada uno de ellos era idéntico, en la escuela no se hacía nada en especial, solamente escuchaba atentamente las aburridas clases de doña Clara, una mujer entrada en edad para la que la educación no suponía reto alguno.
Pero un día, la señora Clara enfermó y María, una maestra muy joven tomó su relevo. Para ella la educación era un desafío diario, cada día una nueva experiencia. Además, María era una apasionada de la lectura, según ella no había mejor viaje que perderse entre las letras de sus libros. No entendí el significado de aquellas palabras hasta que pasaron unos años. Un día, en clase de literatura, ella nos planteó una pregunta, ¿cómo será la educación en el año 2040? Pues bien, ese momento ha llegado.
Si tuviese la oportunidad de verla, le diría que la Educación en la segunda mitad del Siglo XXI ha cambiado considerablemente respecto a principios de siglo. Ya no se utilizan ordenadores ni tablets como solíamos utilizarlos en los colegios, ni siquiera se utiliza la pizarra tradicional como la de doña Clara, ni las presentaciones de power point que muchos de mis docentes leían como papagayos. Ahora todo ha cambiado, se trabaja mediante las inteligencias múltiples de aquel hombre de cuyo nombre no quiero acordarme y se han cambiado esos libros vacíos de significado y sin sentido alguno por viodejuegos. Si pudiera hablar con mi yo de 2016 le diría que no se imaginará la Playstation 4 ni los juegos que en ella se hallaban, sino más bien un símil a esas películas de ciencia ficción como Interestelar. Me refiero a la cuarta dimensión, la del tiempo. Estas aplicaciones te permiten viajar en el tiempo y conocer la historia, viviéndola en el momento. Pese a que puedas viajar en el tiempo, no tienes la posibilidad de cambiar la historia, pues no se podría entender el presente actual sin un pasado que lo construya y le dé sentido. Si pudiera hablar con mi yo pasado, le diría tantas cosas que…
Cuando desperté de ese largo letargo, me di cuenta que todo aquello había sido un sueño y que María era producto de mi imaginación, de mis deseos de volar y escapar de esa monotonía que llegaba hasta herir mi sensibilidad. Clara no había enfermado, era mi ansia de conocer nuevos horizontes lo que me hizo pensar que todo era posible. Fue entonces cuando descubrí que la mejor manera de evadir mi realidad era a través de mis libros, ellos eran los únicos que me comprendían. Ahora en mis años como maestra puedo afirmar que la mejor manera de crear mundos paralelos o de viajar en el tiempo es a través de la lectura. Puede que María nunca existiera o quizá fuera yo misma, ¿quién sabe?

Para viajar en el tiempo o en el espacio solo hace falta leer, pues la lectura es como una huella a través de la cual podemos acercarnos al pasado, comprender el presente y viajar al futuro. Todo aquel que no lee se conforma con un mundo plano que no admite otra realidad que no sea vista y sentida a través de los ojos; quizá los ojos de nuestra imaginación nos permitan llegar más lejos, allá donde viven los sueños, allá donde la realidad y la ficción no distan, allá donde… (tu imaginación te permita llegar).

miércoles, 6 de abril de 2016

The Teacher's Teacher

Una amplia sonrisa asomaba a mi semblante y se pronunciaba todavía más cada vez que recordaba la aventura que me esperaba: todo el espacio y el tiempo por recorrer, mil universos por descubrir.
Y, en todas las andaduras, siempre un elemento común, el aliciente principal: el Doctor. Y es que uno no se adentra en un museo que desconoce sin un guía. La experiencia es siempre mejor con un "Cicerone" que aporte luz donde la mirada inexperta solo halla oscuridad.
- Clara, Clara... - Dijo con una traviesa sonrisa mientras yo entraba a la Tardis. Alargó la pausa para disfrutar la anticipación al resto de lo que ambos sabíamos que iba a decir, lo que siempre dice y a mí me gusta tanto oír.- ¿Dónde vamos?

Mi sonrisa ya no podía ser más grande. El Doctor tomó los mandos de la Tardis y tocó decenas de variopintos artilugios -siempre he sospechado que hasta él ignora qué es lo que hacen- y en un instante estábamos en la actualidad y al siguiente en un destino incógnito y remoto.
- Creo que te gustará lo que vas a ver, Clara. ¿Sabes...? Te he llevado al espacio, hemos estado en un submarino de la Unión Soviética, vimos los Anillos de Akhaten... Y sin embargo nunca te he enseñado cómo será tu oficio en el futuro.

El Doctor abrió la puerta y una blanca e imponente luz inundó la estancia de la consola principal de la Tardis.
- ¡Bienvenida a Coal Hill, año 2063!

Quedé completamente pasmada al ver mi lugar habitual de trabajo unas décadas en el futuro: era el mismo edificio pero distinto. Me resultaba asombroso cómo en tan pocos años podía avanzar todo tanto: todo había cambiado pero todo estaba igual. Y entre todos los cambios encontré algo que siempre había estado allí: la entrada principal con el mismo cartel de siempre. Al ver ese detalle me sentí como en casa a pesar de estar muchos años en el futuro: por muchos cambios que se produzcan siempre debe haber un respeto por la esencia para que no se pierda el valor original.

Al acceder al interior fuimos testigos de las más diversas maravillas: en una clase, los alumnos llevaban cascos, parecidos a las gafas de realidad virtual, y aprendían Historia como testigos presenciales del acontecimiento histórico. En otra, los chicos diseñaban artilugios de alta tecnología mediante un sistema de proyección que mostraba el prototipo en 3D y en tiempo real, suspendido en el aire frente a sus diseñadores. Incluso vimos cómo todos los estudiantes de todas las edades contaban con una especie de carpeta electrónica con acceso a una red de conocimiento global a través de la cual podían descargar paquetes de conocimiento directamente a un dispositivo que llevaban alrededor de su cabeza. Pero, ante todo, siempre encontramos en cada clase, fuera cual fuese la materia, dejando al margen los sorprendentes avances tecnológicos, un elemento recurrente y muy familiar: un profesor.
- Gracias por haberme traído aquí, Doctor. Me ha servido para confirmar algo que siempre he sospechado... - dije al Doctor- y es que pase el tiempo que pase, por mucho que transcurran los eones y mejore la tecnología, siempre necesitaremos maestros que nos guíen por los senderos desconocidos.

Mis ojos se anegaron de lágrimas mientras el Doctor comprendía lo que le acababa de decir. Contuvo la emoción y nuestras miradas se cruzaron reconociendo, cada uno en el otro, a su maestro de la vida. Sin necesidad de decir nada, caminamos de vuelta a la Tardis, mientras nuestras sonrisas se ampliaron hasta el infinito.

martes, 5 de abril de 2016

Aprendiendo en el 2030


¡Hola a todos! Soy Leire y es la hora de grabar mi diario en la grabadora de voz. Me encanta contar todo lo que hago cada día para poder enseñarlo en el futuro y ver cómo evolucionamos. A mí me encanta ir al cole porque aprendemos muchas cosas y conocemos sitios mágicos. Pues bien, ¡comencemos!

Sesión 30. Hoy hemos estudiado una Comunidad nueva. Le tocaba a Eric elegir en el mapa de España. La seño ha abierto la pantalla, ha puesto el mapa y Eric con su dedo mágico ha tocado… ¡Andalucía! Inmediatamente, la clase se ha transformado: se han cambiado las paredes, mesas y sillas por un entorno virtual muy real, era como si de verdad estuviéramos en las montañas. Primero, hemos visto el río Guadalquivir, que desemboca en el Océano Atlántico y, además, hemos visto que tiene muchísimos afluentes. Después, la seño quería enseñarnos algunos lugares característicos de Andalucía y la clase se ha transformado en Sierra Nevada. ¡Ha sido maravilloso! Yo nunca había visto la nieve. Y, finalmente, hemos realizado una visita virtual a la Catedral de Sevilla, me ha gustado mucho porque hemos recorrido su interior mientras la seño nos explicaba las cosas más importantes. Ha sido muy divertido que nuestra clase se convierta en todos estos sitios. Otro día, la seño nos ha dicho que conoceremos las diferentes provincias de esta Comunidad.

Pero aquí no se ha terminado la diversión. En Lengua y literatura, la seño ha elegido un libro y hemos jugado con el texto, ¡ha sido una experiencia increíble! ¡Yo nunca había estado dentro de un libro jugando con las palabras! Hemos aprendido a diferenciar entre oración, párrafo y texto. La seño nos ha dividido en equipos y a mí me ha tocado con Izan, Emma y Dylan. Cada equipo éramos una oración y nos íbamos juntando con otras oraciones para formar párrafos. Y, por último, nos hemos juntado todas las oraciones y éramos un texto. Como los textos esos de los cuentos que leo en casa.


La seño ha dicho que mañana que vamos a hacer unas olimpiadas en las que vamos a aprender Ciencias Sociales y Matemáticas al mismo tiempo que hacemos Educación Física. ¡Qué ganas tengo de que sea mañana ya y aprender mucho más!

lunes, 4 de abril de 2016

La argumentación a partir de los cuentos infantiles



Una de las cosas que más me gusta hacer como maestra de infantil es leer cuentos, por ello he seleccionado una investigación de Javier González García (2007)
Este artículo  forma parte de una línea de investigación sobre la construcción conjunta del conocimiento donde  se centran  en la observación de las estrategias de argumentación a partir de la lectura de tres cuentos, maestras y alumnos, en dos escuelas públicas de la capital de Burgos (España). La observación de tres trimestres, se contrasta con entrevistas a las maestras.
Los resultados apuntan a que los niños de cinco a seis años son capaces de emitir valoraciones justificadas, tanto a la maestra como a sus compañeros. El estilo constructivista de una de las docentes parece beneficiar la aparición de acuerdos y desacuerdos justificados. Contrariamente a lo esperado, es en la docente menos experta donde aparece un mayor uso de la confrontación. Este mismo estudio se está replicando en otros centros escolares de México.