Por suerte o por desgracia, según determinadas opiniones defensoras
de los métodos más tradicionales –y no por eso menos eficaces–, nos topamos
diariamente y de frente con ‘lo nuevo’. Nuestra sociedad, una sociedad sumergida
en lo más profundo del océano tecnológico, se encuentra en un continuo proceso de
adaptación y de normalización que, sin duda alguna, nos ofrece tantas ventajas
aprovechables como problemas controlables. Desde esta perspectiva, el hábito
lector ha sido, y sigue siendo, un gran afectado en esta etapa de cambio. Para
muchos, antes se leía más; para otros, ahora existe una mayor variedad de
nuevos soportes de lectura. Así, lo que no podemos obviar es que las oportunidades
de acceso a nuestro gusto lector son cada día mayores.
Entonces, ¿cómo han influido las nuevas tecnologías en nuestro
hábito lector? Este es un interesante interrogante para el que, personalmente,
me gustaría encontrar una respuesta certera y fundamentada en algo más que en
mi opinión. En este sentido, me gustaría aportar un dato bastante curioso al
respecto, y es que, según los resultados de una Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España, publicada el 25 de septiembre de 2015, la población que
lee en soporte digital se ha triplicado en comparación con el año 2011,
alcanzando actualmente un 17,7% de lectores digitales, quedando atrás el 6,5%
que se registró hace cinco años. No obstante, el soporte tradicional en papel
sigue ocupando la posición de claro favorito, siendo la tasa de lectores de un
59%.
Por este motivo, me gustaría destacar dos investigaciones cuya
pretensión consiste en dar a conocer los principales procesos metodológicos que
pueden emplearse para combinar la lectura y la apreciación literaria con las
TIC. Entre ellas podemos encontrar el artículo Animación a la lectura y TIC: creando situaciones y espacios, de Joaquín Paredes Labra; y el artículo Educación Literaria y TIC, de Felipe Zayas.
De esta forma, también podemos distinguir entre aquéllos que leen
por placer y cuyo hábito lector se encuentra fundamentado en el gusto por la
lectura y aquéllos ‘falsos lectores’ que nadan en un mar de letras, tal vez, por
obligación, sin llegar a profundizar en la auténtica esencia que nos aporta la
verdadera lectura. Desde este otro punto de vista, en el que, seguramente,
también influyan los nuevos métodos y formas de leer de la literatura 2.0,
podemos hacer hincapié en un artículo no menos interesante que los dos
anteriores: El hábito lector como actitud. El origen de la categoría de ‘falsos lectores’, de Elisa Larrañaga y Santiago Yubero.
Por último, en el siguiente vídeo, podemos observar una interesante
opinión sobre nuestros hábitos lectores y, al mismo tiempo, determinadas
técnicas que pueden ayudarnos a conseguir un verdadero hábito lector. Todos
somos diferentes, tenemos gustos diferentes e intereses diferentes. Entonces,
¿qué podemos hacer para desarrollar ese hábito de lectura? Las TIC pueden
ayudarnos en el logro de este objetivo, e incluso leer las sinopsis de los
libros que más nos llamen la atención; hasta conocer o, mejor dicho, descubrir,
cuál es nuestro estilo preferido. Os animo a que escuchéis la experiencia del
siguiente Youtuber. ¡Un saludo y hasta pronto!
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