lunes, 27 de junio de 2016

La torre de Toby

-              ¿Os imagináis como serán esos países de los que nos ha hablado don Tomás? – preguntó Gonzalo al resto.
-              Pues serán como nuestro pueblo pero con tres o cuatro casas más – respondió Rizos – No puede haber mucha más gente en ningún sitio, ¡no cabrían!
-              Claro que son más grandes – corrigió Toby. ¡Mucho más grandes!
-             ¡Eso es mentira! – gritó Rizos, sacudiendo la melena por la cual recibía su apodo. Tú no las has visto. No puedes saberlo, y don Tomás tampoco, porque todos sabemos que nunca ha salido del pueblo.
Lipe, entretenido con su bocadillo, no hacía caso a la conversación. Pero sus compañeros no dejaban de discutir:
-              Si pudiéramos ver lo que hay detrás de todas estas montaña… - Se lamentaba Gonzalo
-              Tal vez algún día lo veamos… - respondió Toby, pensativo.
Toby, Gonzalo, Rizos y el bueno de Lipe vivían en un pueblo rodeado de montañas, un pueblo pequeño de no más de cien habitantes. Lipe no era más que la abreviatura de Felipe, pero desde pequeño el mismo se llamaba así y con ese mote se quedó. Tenían 10 años y, como todos los niños de su edad, iban al colegio; aunque no un colegio como el que conocemos en la ciudad.
Don Tomás, el maestro del pueblo, daba clase en su propia casa: un pequeño cortijo en las afueras del pueblo. En una de las habitaciones del cortijo había algunas mesas y sillas para los alumnos y una pizarra, donde don Tomás explicaba las lecciones, a veces demasiado aburridas. Los alumnos no se agrupaban por edades, todos los niños del pueblo iban a la misma y aprendían lo mismo que el resto. El patio trasero de la casa servía como la zona de juegos y almuerzo en la hora del recreo. Justo en ese patio era donde tenía la conversación inicial de este relato.
Los niños continuaron imaginando el futuro: ¿Cómo serían los colegios? ¿Utilizarían libros los niños? ¿Habría robots en vez de maestros? Cuando volvieron a clase, abordaron a Don Tomás con todas sus dudas y él, muy convencido, respondió a todas sus preguntas:
-          Los colegios del futuro serán muy diferentes a los de ahora, al nuestro y a todos. Los niños no necesitaran ir a clase, porque podrán ver al maestro desde casa tumbados en la cama. Las lecciones las escribirán ellos mismos, según lo que quieran saber y recordar, y todo quedara guardado en pequeños aparatos, del tamaño de un grano de arroz para no tener que llevar libros.
Los niños le escuchaban ensimismados, y alguno incluso se atrevía a aportar sus propias hipótesis sobre el futuro:
-          Además habrá unas gafas supersónicas, para poder ver cualquier lugar en cualquier momento, sin tener que moverte, gritó Lipe.
-          ¡Y lápices mágicos que escriben solos cuando hablas!, apuntó Rizos
-          Y pizarras que se borran solas, y en las que los dibujos con tiza se mueven, - continuaba Gonzalo - y que se pliegan para llevártelas casa y seguir dibujando, y que nunca se acaba el espacio para escribir, y,.., y,.., y,..
-          Tranquilo, Gonzalo  – zanjó entre risas Don Tomás – iremos hablando poco a poco de lo que nos espera en el futuro.
Toby les escuchaba atentos, sin impresionarse demasiado, pero convencido de que todo aquello de lo que hablaban, sería real en el futuro. En ese momento sonó un pequeño timbre que indicaba que el horario escolar había terminado por hoy. Todos salieron corriendo porque hoy tenían más prisa de lo habitual. Un circo había llegado al pueblo, solo estaría dos días allí, y esa tarde iban a ir ellos a ver la función.
Por la noche, cuando llegaron a casa después del circo, Toby cenó rápido y se metió en su habitación. Su madre, extrañada, se acercó a preguntarle si le pasaba algo, y él le respondió que no, que sólo quería dibujar lo que había visto en el circo. A su madre no le extrañó la respuesta porque a Toby le encantaba dibujar y, además, se le daba muy bien. Así estuvo Toby toda la noche, dibujando y dibujando, hasta las cinco de la mañana más o menos que consiguió terminar.
Al día siguiente, el sueño hizo que le costara un poco más levantarse, pero las ganas que tenía ese día de ir al colegio le ayudaron. Fue casi corriendo y sin desayunar.
Al llegar a clase de don Tomás corrió hacia la mesa del maestro y sacó de su cartera un montón de papeles dibujados. Don Tomás le pregunto qué era todo aquello.
-           ¡Una torre! – grito emocionado Toby. Una torre para mirar por encima de las montañas, y poder ver ese futuro del que nos habla usted.
-              Pero hijo…. intentó responder don Tomás.
-              ¡Tenemos que construirla!
Todos los niños y niñas de clase, menos Lipe, empezaron a reírse y burlarse de Toby. Él miró a don Tomás esperando su respuesta.
-              No podemos hacer eso – respondió el maestro
Las carcajadas continuaban entre sus compañeros, Toby empezó a llorar y salió corriendo de la escuela. Las clases siguieron ese día como siempre, entre alguna sonrisilla provocada al acordarse aun de la locura que proponía Toby.
La preocupación llegó al pueblo por la noche, cuando nadie sabía dónde estaba Toby, en su casa no sabían nada de él desde la hora del desayuno, y sus amigos ya no lo habían visto desde que se fue de clase llorando. Los días siguientes fueron días de búsqueda, pero nadie encontró a Toby.
Lipe no se lo podía creer. Culpaba a sus compañeros de que Toby hubiera desaparecido:
-              Habéis sido vosotros, por reíros de la idea de su torre – gritaba Lipe, mientras lloraba. ¿Sabéis qué os digo? ¡Que yo construiré esa torre! Lo voy a hacer por Toby y, cuando la tenga, desde arriba lo buscaré.
Lipe cogió los dibujos de Toby, donde salía el dibujo de la torre y el sitio exacto donde se debía construir, y recorrió todo el pueblo buscando carpinteros y leñadores herreros, constructores, transportistas, artesanos y todo aquel que pudiera echar una mano. Gonzalo y Rizos, por supuesto, fueron los primeros en ayudar después de haberse repuesto de la bronca de Lipe. Estuvieron trabajando semanas, y meses, siempre pensando en que aquello era lo que Toby quería, y por eso lo terminarían.
Quince meses después la tuvieron terminada, y Gonzalo, Lipe y Rizos, fueron los primeros en probar si la torre de Toby funcionaría tal y como él tenía pensado. Subieron a la primera altura y se asomaron. Sólo se veían montañas. Subieron a la segunda altura, y vieron más montañas. Así pasó con la tercera, y la cuarta, y todas las alturas hasta llegar a la última, donde ya casi tocaban las nubes. Desde allí también se veían montañas y nada más.
A lo lejos divisaron una caravana que avanzaba hacia el pueblo. Con todo el trabajo de esos meses se les había olvidado que el circo volvía de nuevo a estar por allí. Bajaron la torre, desilusionados, porque no dio el resultado que esperaban, y porque seguían sin rastro de Toby.
Mientras esperaban que se acercara la compañía del circo, los chavales discutían sobre qué podrían haber hecho mal para que no funcionara. Entonces, Rizos, gritó:
-              ¡Mirad! Ahí, en la primera carreta.
Todos se giraron hacia el comienzo de la compañía circense y dieron un grito de alegría al ver que sentado junto al primer conductor iba… ¡Toby!
Corrieron hacia él, y empezaron a abrazarle, como si tuviera premio el que más se acercaba a él y a preguntarle cosas. Él explicó lo que había pasado:
-           Cuando os reísteis de mí, me enfadé mucho porque sabía que mi idea podría salir bien. Al salir de la escuela, vi que el circo estaba preparado para marcharse, y hablé con un domador y dos trapecistas, para ver si podía irme con ellos.
-           Y, ¿dónde has estado? – preguntó Lipe, sin terminar de creerse que su amigo estuviese de nuevo aquí.
-          He ido por todo el mundo. Y desde cada sitio he mirado hacia el punto donde debíamos construir la torre y he comprobado que sí que se ve.
Sus amigos se miraron, como no sabiendo qué decir. Al final, Gonzalo, se atrevió a responderle:
-              Toby, hemos construido la torre, y desde allí no se ve nada.
-              ¡Vamos! – dijo Toby
Fueron juntos hasta la construcción, y empezaron a subir escalones. Toby les contaba cosas que había visto donde había estado: los colegios eran enormes edificios llenos de pantallas donde los alumnos hablaban entre ellos desde sus casas, no había nunca nadie en clase, porque todos trabajaban y hacían los deberes desde el sitio que quisieran.
Toby les contaba que los profesores no mandaban deberes a los niños, ni operaciones, ni listas de nombres para aprender; les pedían que jugaran, que inventaran, que lo grabaran todo con unos aparatos plateados para después enseñarlo a sus compañeros y explicarles lo que podrían aprender si ellos también lo hacían. Los lápices escribían solos, las pizarras eran infinitas, y se borraban sin ayuda; y no había gafas supersónicas, pero si unas pulseras desde las que se podía hablar y viajar a todos los lugares.
-          ¡Todos los libros juntos no ocupaban más espacio que nuestro cuaderno de escuela!, terminó Toby
Según se iban asomando a las distintas ventanas de la torre, como por arte de magia, la montaña que tenían delante de ellos desaparecía y veían un país lejano, muy distinto a su pueblo; y podían ver las imágenes tal y como se lo había contado Toby. Así fueron subiendo, y subiendo, y las montañas iban desapareciendo ante ellos poco a poco. Cuando llegaron arriba del todo los cuatro amigos, miraron alrededor y vieron que todas las montañas habían desaparecido y que podían ver todo el mundo desde allí arriba, un mundo del futuro. Entonces Toby dijo:

-              Ahora sabemos porque Don Tomás conocía cómo era el mundo de ahí afuera, el mundo del futuro. Sólo había que escucharlo e imaginar…

La LIJ, una gran aliada


La investigación seleccionada por mi parte tiene que ver con la vinculación entre creatividad y competencia lectoliteraria. Bajo mi punto de vista, la creatividad siempre me ha parecido uno de los rasgos primordiales del desarrollo de la personalidad. Esta creatividad es la que te va a permitir ser diferente y hacer cosas diferentes, que salten de la línea establecida, que llamen la atención de propios y extraños en un mudo de modas, tendencias y rutinas. Fomentar la creatividad en los niños desde bien pequeños me parece primordial, no ponerle puertas al campo y aceptar que exploren y prueben dando por buenas todas las opciones dentro de los límites establecidos, claro está.
En el trabajo escogido, de Esther González Sánchez, se realiza un estudio analítico de un modelo creativo y motivador para la iniciación lectoescritora en Educación Infantil. Los niños en colaboración con las familias investigan sobre temas de su interés para exponer sus resultados en el aula, o crean historias a partir de cuentos leídos en el aula. Los resultados indican que cuando los alumnos parten de modelos intertextuales, convirtiéndose todos en protagonistas de su propio aprendizaje demuestran una mayor iniciativa y motivación por la tarea, repercutiendo en la mejora de su autoestima y en el desarrollo de sus habilidades lectoliterarias.
En base a este tema de la intertextualidad os invito también a echar un ojo a esta otra investigación de 2014, de María Isabel de Vicente-Yagüe Jara, que relaciona literatura y música para observar si se fomenta el interés lector y auditivo del alumnado de Secundaria, basándose en el planteamiento integrador de las Competencias Básicas en las diferentes materias, a través del estudio de referentes intertextuales en las obras mixtas literario-musicales, y que también se ha llevado a cabo en la misma región que el estudio que os he planteado anteriormente
Me ha parecido muy interesante para complementar estas lecturas en torno a la competencia lectoliteraria en el aula los vídeos que dejo a continuación, de una participación de Teresa Colomer en el Ciclo de Desarrollo Profesional en Alfabetización Inicial a través de la Literatura Infantil de Argentina en 2010:

Esta segunda parte de la intervención me parece aún más interesante que la anterior:


Tweets de los vídeos:

#fundamental #valor #imprescindibles Si uno no sabe para que sirve una cosa no se esfuerza para que esa cosa esté ahí
#esonosedice #loqueestábien Los libros crean una tercera área donde los niños se pueden dar cuenta de las reglas, por eso también disfrutan bromeando con lo que está mal
#imagina #elpoderdelaspalabras La narración organiza un mundo completo que hay que organizar solo a través de las palabras o con el apoyo de las ilustraciones
#todosonpalabras La literatura no es un adorno estético, es nuestro entrenamiento de cómo ver el mundo, de cómo pensar, gozar y poseer la palabra
#librosiniciales #empezarconlalectura #miprimerlibro Estos libros son así, y se hicieron así para que los primeros lectores cuando quieran puedan incorporarse a ellos
#bibliotecadeaula Crear un mundo con libros, un mundo donde hay un espacio donde están los libros, donde hay un ritual alrededor de los libros y un tiempo para leer
#adiario Literatura hasta en el aire…si alguien se acuerda de ponerla ahí #importante
#nosoloseleeenlaescuela Hay un problema en definir qué es lo que realmente queremos que todo el mundo sepa sobre que es literatura para poder usar la literatura cuando se sale de la escuela
#tómatetutiempo #páginaapágina Saber estar con el libro es algo que se aprende. No pasar la página hasta que la has visto bien se va cultivando

#protagonista #relevante #hagoalgoqueinteresa De pronto su lectura es valorada y atendida, y de pronto les importa hablar de su lectura con el maestro. Se presta atención a su lectura 

Más allá de la tinta y el papel

La aparición en nuestras vidas de la tecnología y los avances multimedia abre ante nosotros un sinfín de posibilidades que tarde o temprano acaban por modificar nuestro estilo de vida y las costumbres habituales. En el caso de los libros y la lectura, muchos han sido los cambios experimentados que han posibilitado la expansión y acomodación de una actividad de ocio y estudio clásica a los nuevos tiempos y avances. De este modo hoy para leer un libro ya no es necesario el papel, y en ocasiones ni las letras escritas.
En esta práctica me centrare en dos elementos, utilizados más que para la lectura, para la incitación a ella: el booktráiler y la presentación de diapositivas.

Un booktrailer sirve para promocionar un libro en Internet, al igual que se hace con una película de cine, o cada vez más con las series de ficción. El objetivo es captar un nuevo tipo de lector más vinculado a estos formatos audiovisuales sorprendiéndole y atrayéndole hacia un autor u obra nueva, o para darle tridimensionalidad a un personaje a personajes o lugares, mostrando de manera explícita la grandeza de una obra escrita, cuando te dejas atrapar por ella. El booktrailer que he escogido es el del libro Sanctus, el cual personalmente consulté cuando me hablaron de la obra. Por si fuera poco, cuenta con cinco booktrailers distintos, presentando cada uno de ellos alguno de los elementos cruciales de la obra.






Tras verlos no dudé en hacerme con el libro, y con los dos que le siguieron

También podemos encontrar otras formas de conocer obras o autores como puede ser través de SlideShare, un repositorio de presentaciones de diapositivas a través de las cuales podemos leer la obra en fragmentos o completa, o conocer trazos de ella o de su autor a través de resúmenes o actividades. He escogido la lectura infantil Alex quiere un dinosaurio, de Hiawyn y Kitamura, porque me ha parecido un buen ejemplo de este formato, con la invitación final a visitar tu biblioteca más cercana, y que además cuenta con el formato también de audiolibro en YouTube:



Sin lugar a dudas, dos recursos imprescindibles, y bien aplicables en un aula, para despertar la iniciativa por la lectura en los más pequeños.





Letras alicantinas para la Cervantes Virtual

En esta segunda práctica no sumergiremos en el universo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, una herramienta para el aprendizaje de las humanidades que ofrece gran variedad de contenidos y recursos educativos dirigidos a la comunidad universitaria y escolar. Concretamente nos centraremos en esta entrada en las bibliotecas de autor, y dentro de estas en la del ilustre escritor alicantino Gabriel Miró.

Las bibliotecas de autor siguen todas un esquema similar, con una pestaña inicial de presentación al lector con una breve reseña del autor y el contenido del directorio.  En el caso de la de Gabriel Miró dsicha reseña está realizada por el catedrático de la Universidad de Alicante, D. Miguel Ángel Lozano Marcos. Tras la presentación, la biblioteca se organiza en diversas pestañas que recogen retazos biográficos del autor, su obra, trabajos y estudios realizados sobre él e imágenes y enlaces relacionados con su figura.

La reseña biográfica de Gabriel Miró recoge datos desde su nacimiento, vinculando sus creaciones literarias con los momentos más significativos de su vida. El catálogo de obras recopila desde obras completas en archivo pdf, hasta ediciones html de facsímiles de obras publicadas, organizados según sean primeras ediciones, obras completas o editadas y dos apartados para un epistolario y tres traducciones.
En el apartado de imágenes se puede encontrar un álbum con fotografías personales del autor, como las que podrían ocupar cualquiera de nuestros álbumes familiares. También podemos encontrar un apartado de iconografía en el que se recogen retratos realizados del autor, otro apartado para portadas de sus obras, y un tercero destinado a recopilar manuscritos de Gabriel Miró. El apartado de enlaces recopila páginas y documentos online de los que se puede extraer información adicional del autor o consultar y contrastar algún episodio más de su vida u obra.

Vinculado con este último apartado se me ocurre una propuesta didáctica que podría resultar curiosa. A partir de las imágenes recopiladas de portadas de obras, seleccionar una de ellas y buscar en la BVMDC información de ella, y extraer algún fragmento. A continuación vincularla con alguna de las fotos del álbum de Gabriel Miró atendiendo a la época en qué fue escrita dicha obra, mencionar algún hecho relevante en su vida en ese momento y mencionar algún título más de esa época inmediata. Seleccionando diferentes portadas, se podría hacer entre todas un buen recopilatorio trabajado por los alumnos de vida y obra de Gabriel Miró.


Con respecto al artículo de Juan Cercera titulado ‘En torno a la literatura infantil’:
¿Cómo define María Bortolussi la literatura infantil?
Esta autora afirma que la literatura infantil es aquella “obra estética destinada a un público infantil”.
¿Cómo pueden ser las obras de LI según su proceso formativo?
Según su proceso formativo, las obras de LIJ pueden clasificarse en:
  • -   Literatura ganada: producciones que originalmente no fueron destinadas para niños pero que el público infantil ha ido adoptando poco a poco como propias
  • -   Literatura creada especialmente para los niños
  • - Literatura instrumentalizada: libros didácticos que se utilizan frecuentemente en los cursos iniciales de la educación.

Busca ejemplos de literatura creada, ganada e instrumentalizada
  • -  Literatura ganada: cuentos tradicionales, muchos de los romances y canciones, la novelística juvenil, etc. Por ejemplo, los Cuentos, de Perrault, o las adaptaciones de Las mil y una noches.
  • -    Literatura creada: Las aventuras de Pinocho de Collodi, Monigote pintado de Joaquín González Estrada, Manolito Gafotas de Elvira Lindo o la obra de Gloria Fuertes.
  • -   Literatura instrumentalizada: Los libros que todos hemos leído de pequeños en el colegio con Teo o Tina-Ton o Las aventuras de Tano.


Un inicio dificil de marcar

Hablar de la influencia de la literatura en la personalidad de uno mismo hoy en día es plantearse un reto difícil, y creo que hasta se podría considerar una realidad utópica. Antes de que salten las alarmas por esta afirmación, intentaré explicar en qué me baso para hacerla. Por un lado considero que la literatura que puede influir en la personalidad de una persona va más allá de modas o pasatiempos de verano, que hoy por hoy son el terreno literario más habitado. Sí, yo también lo he consumido y consumo, y he disfrutado al hacerlo en muchas ocasiones, pero considero que esa literatura es difícil que cale hasta el punto de poder afirmar que condiciona o perfila tu personalidad.
Por otro lado, la influencia predominante hoy día de múltiples estímulos a nuestro alrededor, más dinámicos y absorbentes quizás, es también un punto en contra de la literatura y a favor de éstos a la hora de resultar más influyentes en el modelado de la personalidad y los hábitos de las personas.
Aunque yo me inicie en la lectura antes de que muchos de estos factores influyentes existieran, o estuvieran tan en auge (nací en los ochenta), tampoco sé si realmente alguna de las obras que he leído a lo largo de mi vida puedo afirmar que ha llegado a influir en mi personalidad o a condicionarla. Quizás entendiendo por esta modelización la adquisición del hábito lector sí que hubo una lectura, posterior a la etapa Primaria que recuerdo que me introdujo el gusto por la lectura y la curiosidad por seguir leyendo y descubriendo personajes e historias. Se llamaba “La voz de la madrugada”, y era una lectura de las que te encargaban como requisito de la asignatura de Lengua. Recuerdo perfectamente que, ya pasado el trámite evaluativo, la releí un par de ocasiones aquel verano posterior, y me llevo además a adquirir más libros de ese estilo de manera voluntaria en una librería donde me compraba los de texto cada curso.


No sé, repito, si se puede considerar que modelara mi personalidad, pero sí que influyó de manera significativa en mi hábito lector, el cual mantengo hasta el día de hoy.

lunes, 11 de abril de 2016

La Educación en 2080


-¡Buenos días chicos y chicas! ¿Estáis preparados para realizar la actividad de hoy? –dijo la profesora a sus alumnos-  Si bien recordáis, la semana pasada os comenté que en la clase de hoy íbamos a utilizar las nuevas supergafas 30.0. Los alumnos estaban ansiosos por ver cómo eran y empezar a utilizarlas cuanto antes. Tomaron asiento y comenzaron a encender las pantallas que estaban incorporadas en las mesas inteligentes de cada alumno. En las pantallas tenían incorporadas las aplicaciones AVE 35.0 (las siglas AVE significaban Aprendizaje Virtual Efectivo). En estas aplicaciones estaban todos los conocimientos y actividades que se impartían a lo largo del año en el colegio. Los profesores podían modificar los conocimientos pensando lo que querían rectificar y automáticamente se cambiaba.

-¡Escuchad con atención!-exclamó la profesora. Pinchad sobre la aplicación supergafas 30.0. Los alumnos estaban emocionados y muy atentos a lo que la profesora les decía. Cuando pincharon sobre la aplicación vieron que rápidamente unas gafas, voladoras y de varios colores, se colocaban sobre cada una de sus caras. Los alumnos, asombrados, se quedaron con la boca abierta y parecían que sus ojos se salían de las cuencas.

La profesora comenzó a explicarles cómo funcionaban. -¡Chicos, las supergafas son muy fáciles de utilizar!- exclamó la profesora. Para encenderlas tenéis que pestañear con el ojo derecho, y para apagarlas se pestañea con el ojo izquierdo.  Este comentario le hizo mucha gracia a los alumnos y comenzaron a reír.- Bueno chicos, vamos a continuar que ahora viene lo más emocionante- dijo la profesora. Los alumnos permanecieron quietos y todos estaban expectantes por saber qué era lo que iba a ocurrir. –¿Queréis saber cómo funcionan?-preguntó la profesora a sus alumnos- Rápidamente los alumnos contestaron: Síiiiiiiii. 
 
Todos tenían colocadas las supergafas, incluso la profesora. En la pared se proyectaban las actividades, que únicamente se veían si tenías puestas las gafas. –Como ya hemos visto el tema de LLV.79. (Lengua y Literatura 79), vamos a realizar las siguientes actividades, pero para poder realizarlas solamente tenéis que pensar la respuesta y una vez que la hayáis pensado pestañear con los dos ojos y vuestra respuesta se guardará en las supergafas.-dijo la profesora.
Los alumnos estaban ansiosos por comenzar a contestar las preguntas. Como era de esperar, todos obtuvieron muy buenos resultados y aprendieron rápidamente a manejar este artilugio tan novedoso para ellos. La profesora sorprendía cada semana a sus alumnos con algo nuevo y ellos estaban cada vez más motivados e iban al colegio con muchas ganas de aprender.

viernes, 8 de abril de 2016

Educación 14.0

14 de septiembre de 2124.

No hay futuro sin un pasado que lo preceda, ni pasado sin un futuro que lo recuerde. Nada surge de la nada sin que nadie, ni nada, haya dejado caer su trascendental grano de arena en este orondo y viejo reloj. Así, solamente a veces, y sin darnos apenas cuenta, viajamos de recuerdo en recuerdo, fardando de lo que hoy en día disponemos y, al mismo tiempo, anhelando esos granos de arena que van quedando en el fondo del arcaico reloj.

Pero, no lo llego a entender; mi precisión no alcanza la total comprensión de lo que está sucediendo, ¿por qué ahora? ¿Por qué me vienen a la mente estos destellos? Recuerdo que, durante mi niñez –aunque tal vez algo sobrepasada–, un sentimiento de incertidumbre vigilaba constantemente mi curiosidad, provocando, más por impaciencia que por verdadero placer, unas continuas y frustradas explicaciones que, a pesar de los enormes sacrificios de mi padre, nunca llegaron a calar en el fondo de mi hueco cerebro. ¿Qué era ese extraño cachivache? Como por arte de magia, al entrar al despacho de papá, mi mirada siempre quedaba fijada en el segundo estante del carcomido mueble marrón, herencia del abuelo. Ahí estaba, dentro de un estuche, algo inclinado para facilitar su visión. Si no recuerdo mal, en una de aquellas intensas y fracasadas explicaciones, pude descifrar que ese extraño objeto cambió la vida de mi abuelo y, seguramente, es la causa de que hoy, en estos momentos, sea capaz de escribir este diario con ciertos aires de nostalgia. Es curioso, ¿por qué ahora?

Así es, ahora, casi un siglo después, este lápiz –o así creo que se llamaba la extraña herramienta del abuelo– vuelve a deshacer su afilada punta en la rugosa textura del papel. Ahora, ahora que los más afanados coleccionistas suplicarían de rodillas por hacerse con un artilugio tan sencillo, y al mismo tiempo tan obsoleto. Es ahora cuando he empezado a recordar aquellas explicaciones de papá; ahora que el ‘teclado’ mental ha sustituido al incómodo y antiguo teclado de ordenador, el cual también sustituyó, en su momento, a este bonito lápiz. Sin duda, ahora, puedo ratificar que nada surge del mero azar y, si hoy apreciamos nuestro presente, se lo debemos a todos aquellos que han luchado –muchos de ellos con un simple lápiz– por todo lo que hoy en día nos rodea. En fin, basta ya de reflexiones. Hoy he decidido escribir este diario a lápiz. Por suerte, compré hace unos días la última versión de las lentillas CopyandPaste. Espero que detecten mi desentrenada caligrafía y mi organizador automático pueda enviar la transcripción digital de estas páginas a mi diario electrónico.

Resulta bastante obvio el sentimiento de reflexión que hoy inunda mi mente. Posiblemente, sea consecuencia de la incompetencia que desde hace unos meses siento en mi puesto de trabajo. ¿Quién diablos programa los drones de inspección? Acabo de desconectar el aula virtual y no paro de darle vueltas a la cabeza. ¿En serio creen que voy a utilizar el docente 8.0, el robot didáctico, en alguna de mis asignaturas? Sinceramente, lo pondré en práctica, tal vez, en Conocimiento del Medio Digital. Puede resultar de gran ayuda para poder aprovechar al máximo los escasos 30 minutos de clase. Pero, aún así, lo veo algo excesivo y un gasto innecesario. Además, todavía estamos probando los últimos modelos del pupitre electrónico. Por cierto, retomando mis aires nostálgicos, creo recordar que las clases de mi abuelo tenían una duración de 50 minutos. Quizás, si fuera así, no tendría estos dilemas…

–Esto es todo estudiantes, aquí tenemos un pequeño fragmento de una de las críticas más discutidas del siglo XXII– afirmó con su característico entusiasmo digital el docente 14.0 – ¿Quién quiere aportar su reflexión sobre este escrito?

–Profesor, desde mi punto de vista… ¡Esperen, que alguien está llamando a la puerta de casa!– exclamó Hugo mientras se levantaba de su sillón y se alejaba rápidamente de su escritorio. –Ya estoy aquí. Sinceramente, desde mi punto de vista, por mucho o poco que nos guste algo, nada permanece en el tiempo con la misma fuerza con la que lo hizo al principio. Como bien escribió el maestro y autor de este viejo escrito, la historia de nuestra existencia es como un gran reloj de arena; un reloj que deja caer, poco a poco, y algunas veces con más cautela que otras, cada uno de los pequeños granos que lo componen, enterrando, al mismo tiempo, a todos aquellos que van quedando atrás–comentó Hugo con cierto desahogo.

–Sin duda Hugo– afirmó el docente 14.0. –No obstante, nunca debemos olvidar ese pasado, de dónde venimos y cómo hemos llegado hasta aquí. Pero, ante todo, tampoco debemos renegar lo que la sociedad actual nos aporta. Un buen maestro debe adaptarse al contexto del estudiante y hacer todo lo posible para actualizar su metodología y su forma de afrontar el día a día. Así, y solo así, un docente podrá aprender de sus antiguos errores y atreverse en el descubrimiento de nuevas técnicas de trabajo– recalcó firmemente el docente 14.0. –Espero que lo que hayáis aprendido hoy lo grabéis bien en vuestro disco duro y os sirva como futuros docentes que sois. Y recordad, si tenéis alguna duda, no dudéis en usar el holograma de vuestro tutorial watch; os responderé al instante, con la mayor precisión y brevedad.


Apagando aula digital en 3, 2, 1…