martes, 1 de marzo de 2016

Despertar y reencuentro



Tengo que reconocer que la literatura siempre ha sido una fiel compañera para mí a lo largo de las diferentes etapas de mi vida.
Desde que tengo recuerdos, siempre me he sentido atraída hacia la lectura. No puedo evitar pensar en mi “yo-niña” y verme con un libro en las manos.

Si pienso en mis primeras lecturas, me viene a la mente una maravillosa colección de los clásicos Disney adaptados para niños, un libro de recopilación de fábulas con una historia para cada día del año, y unos libros-cómic con las aventuras de Mickey Mouse y sus amigos. 


Según fui creciendo, me convertí en fan incondicional de las aventuras de Mortadelo y Filemón, de las colecciones del Barco de Vapor y de las Aventuras de los cinco. Pero no le cerraba las puertas a ningún libro que caía en mis manos.

Y no solo libros físicos… con la llegada de “esa cosa llamada Internet”, mi tía comenzó a traerme del trabajo hojas impresas que recogían poesía, cuentos populares, juegos de rimas, etc. Me acuerdo especialmente de las poesías de Gloria Fuertes, y de las conversaciones que teníamos para ver qué sería lo próximo que traería, las próximas “lecturas de Internet”.

Para hablar de mis influencias literarias juveniles, no puedo pasar por alto el cine. La gran pantalla me presentó a uno de los personajes con el que he ido creciendo año tras año, Harry Potter. Vi la primera película y a partir de ahí quedé enganchada a todos sus libros. 

Y es a partir de esta etapa en la que recuerdo ser consciente de que cada libro hacía que me metiera totalmente en la historia, que viviera lo que sucedía como un personaje más y me sintiera parte de la aventura. Dejé de leer libros y comencé a vivirlos.

Así fue como me convertí en una poderosa maga y en un unicornio en medio de un curioso triángulo amoroso, con Laura Gallego; como vi a través de los ojos de un águila y un jaguar, con Isabel Allende;  o como recorrí a lomos de uno de los elefantes sostenidos por Gran A'Tuin, con Terry Pratchett.

 
Aunque me considero especialmente atraída hacia la literatura fantástica, he procurado leer “un poco de todo”, por interés y por curiosidad. Eso hizo más fácil las lecturas obligatorias en el instituto, tan odiadas por tantos compañeros. No todas las disfruté de igual manera, pero de todas aprendí algo.

Desde entonces, he ido leyendo sobre diversas temáticas y géneros, se podría decir que por temporadas, según me iban llamando la atención: poesía, novela histórica, cuentos, novelas en inglés, etc. Libros que me han marcado de alguna manera, en esta etapa, son la trilogía de Noah Gordon (El médico, Chamán y La doctora Cole), El principito de Antoine de Saint-Exupéry, Rimas y Leyendas de Bécquer o To kill a mockingbird de Harper Lee. Actualmente estoy enganchadísima a la saga Los hijos de la Tierra de Jean M. Auel.

Y no quiero terminar sin destacar mi reencuentro con la literatura infantil y descubrimiento del álbum ilustrado, durante la carrera, que supuso para mí un nuevo despertar literario. Desde ese momento, Frederick, Max y sus monstruos, y Nadarín, entre muchos otros, siempre han sido capaces de sacarme una gran sonrisa y emocionarme. 

 


1 comentario:

  1. ¡Hola chicos/as!

    Perdonad la tardanza, aún estaba con entregas de trabajos del cuatrimestre pasado... Pero, ¡ya estoy por aquí! :)

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