Tengo
que reconocer que la literatura siempre ha sido una fiel compañera para mí a lo
largo de las diferentes etapas de mi vida.
Desde
que tengo recuerdos, siempre me he sentido atraída hacia la lectura. No puedo
evitar pensar en mi “yo-niña” y verme con un libro en las manos.
Según
fui creciendo, me convertí en fan incondicional de las aventuras de Mortadelo y
Filemón, de las colecciones del Barco de Vapor y de las Aventuras de los cinco.
Pero no le cerraba las puertas a ningún libro que caía en mis manos.
Y no
solo libros físicos… con la llegada de “esa cosa llamada Internet”, mi tía
comenzó a traerme del trabajo hojas impresas que recogían poesía, cuentos
populares, juegos de rimas, etc. Me acuerdo especialmente de las poesías de
Gloria Fuertes, y de las conversaciones que teníamos para ver qué sería lo
próximo que traería, las próximas “lecturas de Internet”.
Para
hablar de mis influencias literarias juveniles, no puedo pasar por alto el
cine. La gran pantalla me presentó a uno de los personajes con el que he ido
creciendo año tras año, Harry Potter. Vi la primera película y a partir de ahí
quedé enganchada a todos sus libros.
Y es a
partir de esta etapa en la que recuerdo ser consciente de que cada libro hacía
que me metiera totalmente en la historia, que viviera lo que sucedía como un
personaje más y me sintiera parte de la aventura. Dejé de leer libros y comencé
a vivirlos.
Así fue
como me convertí en una poderosa maga y en un unicornio en medio de un curioso
triángulo amoroso, con Laura Gallego; como vi a través de los ojos de un águila
y un jaguar, con Isabel Allende; o como
recorrí a lomos de uno de los elefantes sostenidos por Gran
A'Tuin, con Terry
Pratchett.
Aunque
me considero especialmente atraída hacia la literatura fantástica, he procurado
leer “un poco de todo”, por interés y por curiosidad. Eso hizo más fácil las
lecturas obligatorias en el instituto, tan odiadas por tantos compañeros. No
todas las disfruté de igual manera, pero de todas aprendí algo.
Desde
entonces, he ido leyendo sobre diversas temáticas y géneros, se podría decir
que por temporadas, según me iban llamando la atención: poesía, novela
histórica, cuentos, novelas en inglés, etc. Libros que me han marcado de alguna
manera, en esta etapa, son la trilogía de Noah Gordon (El médico, Chamán y La
doctora Cole), El principito de Antoine
de Saint-Exupéry, Rimas y Leyendas de Bécquer o To kill a mockingbird de Harper Lee. Actualmente estoy enganchadísima a la saga Los hijos de
la Tierra de Jean M. Auel.
Y no quiero terminar sin destacar mi
reencuentro con la literatura infantil y descubrimiento del álbum ilustrado,
durante la carrera, que supuso para mí un nuevo despertar literario. Desde ese
momento, Frederick, Max y sus monstruos, y Nadarín, entre muchos otros, siempre
han sido capaces de sacarme una gran sonrisa y emocionarme.
¡Hola chicos/as!
ResponderEliminarPerdonad la tardanza, aún estaba con entregas de trabajos del cuatrimestre pasado... Pero, ¡ya estoy por aquí! :)