martes, 23 de febrero de 2016

"Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma"

¿Cómo soy? Creo que ni yo mismo puedo responder a esta pregunta. Tal vez, mañana, cambie mi forma de ver las cosas. Puede parecer un tanto inmaduro el hecho de no conocerse a uno mismo después de casi veintitrés años de vida o, lo que es lo mismo, ocho mil trescientos noventa y cinco días repletos de emociones y sentimientos. No obstante, “todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma” y, quizás, a mí todavía me queden multitud de secretos por descubrir, muchos de ellos, desde luego, relacionados con la lectura. Es esta misma idea la que me planteo cada vez que pienso en la cantidad de libros, páginas y letras que han podido pasar por delante de mis ojos a lo largo de todos estos años. Y es que con cada uno de dichos libros he aprendido algo nuevo y he podido cambiar –o mejor dicho, modificar– determinadas creencias y actitudes que han ido conformando mi personalidad. Entonces, ¿cómo soy? Tal vez, con cada país que visite aprenda algo nuevo, con cada película que vea conozca algo nuevo y con cada libro que lea, cómo no, conozca también algo nuevo. Cuando deje de hacer todo esto, posiblemente, sea capaz de describirme.

Así, la inmersión en este gran mundo literario me ha permitido descubrir multitud de secretos, muchos de los cuales todavía me costaría exteriorizar. Recuerdo cuando, hace relativamente bastantes años, sentía vergüenza a la hora de dar a conocer mis gustos en el colegio, ante mi grupo de compañeros, simplemente porque muchos de ellos odiaban la lectura y las películas que a mí me encantaban. Todo esto fue cambiando con el paso de los años, hasta que, en cierto momento, una de las muchas lecturas impuestas en clase llegó al corazón de todos nosotros. Marina, de Carlos Ruíz Zafón, marcó un antes y un después en mi personalidad. En clase, todos comenzamos a hablar del dichoso libro y, aún en la actualidad, he conversado sobre el tema con alguna de aquellas personas que hace años eran mis compañeros de cada mañana. A partir de este momento, comencé a manifestar con mayor asiduidad todos mis gustos y a descubrir nuevos estilos que me han acompañado hasta la actualidad, decantándome siempre por los relatos fantásticos. ¡Creo que puedo considerarme un verdadero Verniano!

                                 
Ahora, actualmente y por desgracia, dispongo de mucho menos tiempo del que disponía en aquella época dorada, en la que Veinte mil leguas de viaje submarino, Miguel Strogoff, Oliver y Benji y Pesadilla antes de navidad eran algunos de mis mejores compañeros de entretenimiento durante mis ratos libres. También es cierto que, con las nuevas tecnologías, disponemos de mayores soportes en los que leer y aprender en cualquier lugar, por lo que las facilidades al respecto están aumentando continuamente. ¡Y qué decir de los videojuegos! Podría hacer un listado de la cantidad de alucinantes historias y argumentos que me han marcado positivamente y, aún a día de hoy, me siguen marcando; tales como Kingdom Hearts, Spyro, Tomb Raider o God of War

Como estuve hablando hace poco con unos compañeros de clase, todo esto ha quedado grabado en nuestra vida y, cuando decidimos retomarlo, nos brillan tanto los ojos como a aquellos niños pequeños cuando se sumergen una y otra vez en un alucinante mar de letras del que nunca van a querer ni a poder salir.




1 comentario:

  1. ¡Veo que "Marina" nos marcó a todos! Creo que es el libro más mencionado en las entradas del blog. La verdad es que lo merece... es precioso.

    ¿Qué puedo decir? Estoy de acuerdo con lo que dices sobre los videojuegos. Los hay con una trama más rica y compleja que muchas novelas. Kingdom Hearts, a pesar de lo mucho que bebe de las ideas de Disney, tiene su propia historia y resulta muy atractiva; The last of us o God of War -que ya has mencionado- pueden parecer solo "juegos violentos para matar cosas", pero encierran una trama rica y llena de detalles.

    Estoy de acuerdo contigo, vaya.

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