Hablar de la influencia de la
literatura en la personalidad de uno mismo hoy en día es plantearse un reto
difícil, y creo que hasta se podría considerar una realidad utópica. Antes de
que salten las alarmas por esta afirmación, intentaré explicar en qué me baso
para hacerla. Por un lado considero que la literatura que puede influir en la
personalidad de una persona va más allá de modas o pasatiempos de verano, que
hoy por hoy son el terreno literario más habitado. Sí, yo también lo he
consumido y consumo, y he disfrutado al hacerlo en muchas ocasiones, pero
considero que esa literatura es difícil que cale hasta el punto de poder
afirmar que condiciona o perfila tu personalidad.
Por otro lado, la influencia predominante
hoy día de múltiples estímulos a nuestro alrededor, más dinámicos y absorbentes
quizás, es también un punto en contra de la literatura y a favor de éstos a la
hora de resultar más influyentes en el modelado de la personalidad y los
hábitos de las personas.
Aunque yo me inicie en la lectura
antes de que muchos de estos factores influyentes existieran, o estuvieran tan
en auge (nací en los ochenta), tampoco sé si realmente alguna de las obras que
he leído a lo largo de mi vida puedo afirmar que ha llegado a influir en mi
personalidad o a condicionarla. Quizás entendiendo por esta modelización la
adquisición del hábito lector sí que hubo una lectura, posterior a la etapa
Primaria que recuerdo que me introdujo el gusto por la lectura y la curiosidad por
seguir leyendo y descubriendo personajes e historias. Se llamaba “La voz de la
madrugada”, y era una lectura de las que te encargaban como requisito de la
asignatura de Lengua. Recuerdo perfectamente que, ya pasado el trámite
evaluativo, la releí un par de ocasiones aquel verano posterior, y me llevo
además a adquirir más libros de ese estilo de manera voluntaria en una librería
donde me compraba los de texto cada curso.
No sé, repito, si se puede
considerar que modelara mi personalidad, pero sí que influyó de manera
significativa en mi hábito lector, el cual mantengo hasta el día de hoy.
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